11 jun 2020

Paul Éluard: COURAGE


Paris a froid Paris a faim
Paris ne mange plus de marrons dans la rue
Paris a mis de vieux vêtements de vieille
Paris dort tout debout sans air dans le métro
Plus de malheur encore est imposé aux pauvres
Et la sagesse et la folie
De Paris malheureux
C’est l’air pur c’est le feu
C’est la beauté c’est la bonté
De ses travailleurs affamés
Ne crie pas au secours Paris
Tu es vivant d’une vie sans égale
Et derrière la nudité
De ta pâleur de ta maigreur
Tout ce qui est humain se révèle en tes yeux
Paris ma belle ville
Fine comme une aiguille forte comme une épée
Ingénue et savante
Tu ne supportes pas l’injustice
Pour toi c’est le seul désordre
Tu vas te libérer Paris
Paris tremblant comme une étoile
Notre espoir survivant
Tu vas te libérer de la fatigue et de la boue
Frères ayons du courage
Nous qui ne sommes pas casqués
Ni bottés ni gantés ni bien élevés
Un rayon s’allume en nos veines
Notre lumière nous revient
Les meilleurs d’entre nous sont morts pour nous
Et voici que leur sang retrouve notre cœur
Et c’est de nouveau le matin un matin de Paris
La pointe de la délivrance
L’espace du printemps naissant
La force idiote a le dessous
Ces esclaves nos ennemis
S’ils ont compris
S’ils sont capables de comprendre
Vont se lever.
1942





VALOR

París tiene frío París tiene hambre
París no come más castañas en la calle
París se ha puesto viejos vestidos de vieja
París duerme de pie sin aire en el «metro»
Todavía más males impuestos a los pobres
Y la cordura y la locura
De París en la desgracia
Es el aire puro es el fuego
Es la belleza es la bondad
De sus trabajadores en el hambre
No grites socorro París
Vives con una vida sin igual
Y tras la desnudez
De tu palidez de tu flacura
Todo lo que es humano se revela en tus ojos
París mi ciudad bella
Fina como una aguja fuerte como una espada
Ingenua y sabia
Tú no soportas la injusticia
Es para ti el único desorden
Te vas a liberar París
Tembloroso como una estrella
Nuestra esperanza sobreviviente
Te vas a liberar del cansancio y el barro
Hermanos tengamos valor
Nosotros que no tenemos cascos
Ni botas ni guantes ni buena educación
Un rayo se enciende en nuestras venas
Vuelve a nosotros nuestra luz
Los mejores de nosotros murieron por nosotros
Y a nuestro corazón viene ahora su sangre
Y otra vez es de mañana una mañana de París
El despuntar de la liberación
El espacio de la naciente primavera
La fuerza idiota está en desventaja
Esos esclavos nuestros enemigos
Si han comprendido
Si son capaces de comprender
Se alzarán.


Versión de Marcelo Ravoni


Paul Éluard: AVISO

La noche antes de su muerte
Fue la más corta de su vida

La idea de aún estar vivo

Ardía la sangre de sus puños

El peso de su cuerpo lo alteraba

Su fuerza le hacía gemir

Pero es en lo profundo de este horror

Que él comenzó a sonreír

Él no tenía UN camarada

Sino millones de millones

Que sabrían vengarle

Y el día amaneció para él.




AVIS
La nuit qui précéda sa mort
Fut la plus courte de sa vie
L'idée qu'il existait encore
Lui brûlait le sang aux poignets
Le poids de son corps l'écoeurait
Sa force le faisait gémir
C'est tout au fond de cette horreur
Qu'il a commencé à sourire
Il n'avait pas UN camarade
Mais des millions et des millions
Pour le venger il le savait
Et le jour se leva pour lui.

Los cinco mártires del liceo Buffon: Jean-Marie Arthus, Jacques Baudry, Pierre Benoit,
Pierre Grelot y Lucien Legros, nótese la medalla de la Resistencia con la Cruz de Guerra.



Aviso es el primer poema de Au rendez-vous allemand (La cita alemana), lleva ese título en respuesta a los carteles y listas de buscados o condenados que los alemanes colocaban en las zonas ocupadas.

Los poemas que componen Au rendez-vous allemand son considerados literatura clandestina o ilegal debido a que Paul Eluard tenía la calidad de prófugo (debido a la publicación de Poésie et Vérité1942) por lo que firmaba sus poemas con los seudónimos Jean du Haut o Maurice Hervent. 

Aviso rinde homenaje a Lucien Legros, estudiante de secundaria, que con 18 años fue fusilado por el gobierno fascista de Vichy. Lucien era perseguido por haber participado en una manifestación estudiantil que impidió el arresto de un alumno, estando clandestino realizó varias acciones de propaganda y confrontación hasta que fue arrestado, condenado en proceso sumario y fusilado el 8 de febrero de 1943.

Eluard era amigo de la familia y con este poema nos recuerda el sacrificio del joven y envía un mensaje a sus asesinos y a sus camaradas. 

Última carta



Lugar de la ejecución









6 jun 2020

Alfonso Hernández: POESÍA EN ARMAS

Cuando era pequeño escribía poemas con carbón de cocina
En los paredones de la casa
(También al caballo de madera le atusaba bigotitos, barbas como las del abuelo
Y lo calzaba con zapatos de charol)
Y así fui creciendo junto con mis poemas
Mi oficio tipógrafo me enseño a ponerle ritmo a las maquinarias
Las duras jornadas eran poemas para mí
Pero palpe eso de la explotación y los verdugos
Y los sucesivos poemas los taquiaba de pólvora
Los martille y tome por la culata el verso largo
Apunte con él, al Dictador y sus congéneres
Amontoné uno tras otro construyendo barricadas
Y cuando el pueblo luchaba en las calles y barrios
Dejé ir mis primeras ráfagas…
Desde entonces la poesía es mi mejor arma
Que llevo en los gloriosos combates del proletariado. 

/1979



Alfonso Hernández : EL POETA

Aquel hombre tuvo el coraje de enfrentarse a su historia.
Construyo su corazón entre ruinas, sueños, siglos.
Cuando la guerra comenzaba levanto sus puños como un estampido,
hizo volar en pedazos la absurda idea de la comodidad.
Trabajo afanosamente en ásperas condiciones de clandestinidad
y ardió en el camino del mundo con una sonrisa, una lágrima
y una ráfaga de amor hacia los hombres.

Alfonso Hernández: TORRE DE MARFIL

Algunos poetas de mi país se proclaman sucesores del caído,
se problematizan pensando como pasar a la historia.
Analizan su obra desde el punto de vista literario,
le dedican poemas elegiacos,
leen sus libros en los cafetines,
hacen más vulnerable el invierno con sus versos.
Evaden la forma de morir y sus batallas
en el país de los enanos.
Estos poetas emborrachados de su miseria se disputan
el portento de la poesía,
pero nadie se acuerda de ocupar su trinchera….

1 jun 2020

Pablo Neruda: ODA A PAUL ROBESON




Antes
él aún no existía.

Pero su voz
estaba
allí, esperando.

La luz
se apartó de la sombra,
el día
de la noche,
la tierra
de las primeras aguas.

Y la voz de Paul Robeson
se apartó del silencio.

Las tinieblas querían
sustentarse. Y abajo
crecían las raíces.
Peleaban
por conocer la luz
las plantas ciegas,
el sol temblaba, el agua
era un boca muda,
los animales
iban transformándose:
lenta,
lentamente
se adaptaban al viento
y a la lluvia.

La voz del hombre fuiste
desde entonces
y el canto de la tierra
que germina,
el río, el movimiento
de la naturaleza.

Desató la cascada
su inagotable trueno
sobre tu corazón, como si un río
cayera en una piedra
y la piedra contara
con la boca
de todos los callados,
hasta que todo y todos
en tu voz
levantaron
hacia la luz su sangre,
y tierra y cielo, fuego y sombra y agua,
subieron con tu canto.

Pero
más tarde
el mundo
se oscureció de nuevo.
Terror, guerra
y dolores
apagaron
la llama verde,
el fuego
de la rosa
y sobre
las ciudades
cayó
polvo
terrible,
ceniza
de los asesinados.
Iban
hacia los hornos
con un número
en la frente
y sin cabellos,
los hombres, las mujeres,
los ancianos, los niños
recogidos
en Polonia, en Ucrania,
en Amsterdam, en Praga.
Otra vez
fueron
tristes
las ciudades
y el silencio
fue grande,
duro,
como piedra de tumba
sobre un corazón vivo,
como una mano muerta
sobre la voz de un niño.

Entonces
tú, Paul Robeson,
cantaste.

Otra vez
se oyó sobre la tierra
la poderosa
voz
del agua
sobre el fuego,
la solemne, pausada, ronca, pura
voz de la tierra
recordándonos
que aún
éramos hombres,
que compartíamos
el duelo y la esperanza.
Tu voz
nos separó del crimen,
una vez más
apartó
la luz de las tinieblas.

Luego
en Hiroshima
cayó
todo el silencio,
todo.
Nada
quedó:
ni un pájaro
equivocado en una
ventana fallecida,
ni una madre
con un
niño que llora,
ni el eco
de una usina,
ni
la
voz
de
un
violín
agonizante.
Nada.
Del cielo
cayó todo el silencio
de la muerte.

Y entonces
otra
vez,
padre,
hermano,
voz
del hombre
en su resurrección
sonora,
en su
profundidad,
en su esperanza,
Paul,
cantaste.

Otra vez
tu corazón de río
fue más alto,
más
ancho
que el silencio.

Yo sería
mezquino
sí te coronara
rey de la voz
del negro,
sólo
grande en tu raza,
entre tu bella
grey
de música y marfil,
que sólo para oscuros
niños
encadenados por los amos
crueles,
cantas.

No,
Paul Robeson,
tú,
junto
a Lincoln
cantabas,
cubriendo
el cielo con tu voz sagrada,
no sólo
para negros,
para los pobres negros,
sino para los pobres
blancos,
para
los pobres indios,
para todos
los pueblos.


Paul
Robeson,
no
te quedaste mudo
cuando
a Pedro o a Juan
le pusieron los muebles
en la calle, en la lluvia,
o cuando
los milenarios sacrificadores
quemaron
el doble corazón
de los que ardieron
como cuando
en mi patria
el trigo crece en tierra de volcanes
nunca
dejaste
tu canción: caía
el hombre y tú
lo levantabas,
eras a veces
un subterráneo
río,
algo
que apenas
sostenía la luz
en las tinieblas,
la última
espada
del honor
que moría,
el postrer rayo
herido,
el trueno inextinguible.

El pan del hombre,
honor,
lucha,
esperanza,
tú lo defiendes,
Paul
Robeson.
La luz del hombre,
hijo
del sol,
del nuestro,
sol
del suburbio
americano
y de las nieves
rojas
de los Andes:

proteges nuestra luz.

Canta,
camarada,
canta,
hermano
de la tierra,
canta,
buen
padre
del fuego,
canta
para todos nosotros,
los que viven
pescando,
clavando clavos con
viejos martillos,
hilando
crueles
hilos de seda,
machacando la pulpa
del papel, imprimiendo,
para
todos
aquellos
que
apenas
pueden cerrar los ojos
en la cárcel,
despertados
a medianoche,
apenas
seres
humanos
entre dos torturas,
para los que combaten
con el cobre
en la
desnuda
soledad andina,
a cuatro
mil
metros de altura.

Canta,
amigo
mío,
no dejes
de cantar:

derrotaste
el silencio
de los ríos
que no tenían voz
porque llevaban
sangre,
tu voz habla por ellos,
canta,
tu voz
reúne
a muchos hombres
que no
se conocían.
Ahora
lejos,
en los magnéticos Urales
y en la perdida
nieve
patagónica,
tú, cantando,
atraviesas
sombra,
distancia,
olores
de mar y matorrales,
y el oído
del
joven
fogonero,
del cazador errante,
del vaquero
que se quedó de pronto solo
con su guitarra,
te escuchan.

Y en su prisión perdida, en Venezuela,
Jesús Faría,
el noble, el luminoso,
oyó el trueno sereno
de tu canto.

Porque tú cantas
saben que existe el mar
y que el mar canta.

Saben que es libre el mar, ancho y florido,
y así es tu voz, hermano.

Es nuestro el sol. La tierra será nuestra.
Torre del mar, tú seguirás cantando.




de: Nuevas odas elementales (1955)

Pablo Neruda: A FIDEL CASTRO


Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen
palabras en acción y hechos que cantan,
por eso desde lejos te he traído
una copa del vino de mi patria:
es la sangre de un pueblo subterráneo
que llega de la sombra a tu garganta,
son mineros que viven hace siglos
sacando fuego de la tierra helada.
Van debajo del mar por los carbones
Y cuando vuelven son como fantasmas:
se acostumbraron a la noche eterna,
les robaron la luz de la jornada
y sin embargo aquí tienes la copa
de tantos sufrimientos y distancias:
la alegría del hombre encarcelado,
poblado por tinieblas y esperanzas
que adentro de la mina sabe cuándo
llegó la primavera y su fragancia
porque sabe que el hombre está luchando
hasta alcanzar la claridad más ancha.
Y a Cuba ven los mineros australes,
los hijos solitarios de la pampa,
los pastores del frío en Patagonia,
los padres del estaño y de la plata,
los que casándose con la cordillera
sacan el cobre de Chuquicamata,
los hombres de autobuses escondidos
en poblaciones puras de nostalgia,
las mujeres de campos y talleres,
los niños que lloraron sus infancias:
ésta es la copa, tómala, Fidel.
Está llena de tantas esperanzas
que al beberla sabrás que tu victoria
es como el viejo vino de mi patria:
no lo hace un hombre sino muchos hombres
y no una uva sino muchas plantas:
no es una gota sino muchos ríos:
no un capitán sino muchas batallas.
Y están contigo porque representas
todo el honor de nuestra lucha larga
y si cayera Cuba caeríamos,
y vendríamos para levantarla,
y si florece con todas sus flores
florecerá con nuestra propia savia.
Y si se atreven a tocar la frente
de Cuba por tus manos libertada
encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas:
la sangre y el orgullo acudirán
a defender a Cuba bienamada.

Pablo Neruda: CUBA APARECE




Pero cuando torturas y tinieblas
parecen apagar el aire libre
y no se ve la espuma de las olas
sino la sangre entre los arrecifes,
surge la mano de Fidel y en ella
Cuba, la rosa limpia del Caribe.
Y así demuestra con su luz la Historia
que el hombre modifica lo que existe
y si lleva al combate la pureza
se abre en su honor la primavera insigne:
atrás queda la noche del tirano,
su crueldad y sus ojos insensibles,
el oro arrebatado por sus uñas,
sus mercenarios, sus jueces caníbales,
sus altos monumentos sostenidos
por el tormento, el deshonor y el crimen:
todo cae en el polvo de los muertos
cuando el pueblo establece sus violines
y mirando de frente corta y canta,
corta el odio de sombras y mastines,
canta y levanta estrellas con su canto
y corta las tinieblas con fusiles.
Y así surgió Fidel cortando sombras
para que amanecieran los jazmines.
 CANCIÓN DE GESTA (1960)

Arturo Corcuera: EL PERFIL DE FIDEL


Para hablar de Fidel
hay que cederle la palabra al mar,
pedir su testimonio a las montañas.

El Turquino canta y cuenta su biografía,
los pájaros la propagan,
saben su edad y repiten su nombre.

La edad de Fidel
es la edad de los framboyanes en flor,
la enhiesta edad de su barba verde olivo.

Todos lo sabemos,
los héroes no tienen edad,
tienen historia,
hacen la historia,
son la historia.

No lo arredra la cuadratura del Pentágono
ni las bravatas al rojo de cara pálida
en la hora oscura de la Casa Blanca.

Quien lo dude puede ver en alerta al héroe
y un millón de cubanos cara al Norte
en el malecón de La Habana.

Él es América Negra,
América Hispana,
América Andina:
el perfil de Fidel
es el perfil
de América Latina.




Arturo Corcuera sobre Fidel Castro


Poeta de la historia

Fidel Castro es un poeta de la historia por sus actos de defensa de la soberanía cubana frente al hegemonismo de Estados Unidos. Hay hombres que eligen la acción y la palabra, y también quienes a lo largo de su vida dejan una estela de poesía en la historia.
11 de agosto de 2006




Tomado de: Absuelto por la Historia
de Luis Báez Hernández