MAIO 1964
Na leiteira a tarde se reparte
em iogurtes, coalhadas, copos de leite
e no espelho meu rosto. São
quatro horas da tarde, em maio.
Tenho 33 anos e uma gastrite. Amo a vida
que é cheia de crianças, de
flores
e mulheres, a vida,
esse direito de estar no mundo,
ter dois pés e mãos, uma cara
e a fome de tudo, a esperança.
Esse direito de todos
que nenhum ato
institucional ou constitucional
pode cassar ou legar.
Mas quantos amigos presos!
quantos em cárceres escuros
onde a tarde fede a urina e
terror.
Há muitas famí lias sem rumo
esta tarde
nos subúrbios de ferro e gás
onde brinca irremida a infância
da classe operária.
Estou aqui. O espelho
não guardará a marca deste
rosto,
se simplesmente saio do lugar
ou se morro
se me matam.
Estou aqui e não estarei, um
dia,
em parte alguma.
Que importa, pois?
A luta comum me acende o sangue
e me bate no peito
como o coice de uma lembrança.
MAYO
1964
En
la lechería la tarde se reparte
entre yogurts, cuajadas, vasos de leche,
y
en el espejo mi rostro. Son
las
cuatro de la tarde, en mayo.
Tengo 33 años y una gastritis. Amo la vida
que
está llena de niños, de flores
y
mujeres, la vida,
ese
derecho de estar en el mundo,
tener
dos pies y manos, una cara
y
hambre de todo, la esperanza.
Ese
derecho de todos
que
ningún acto
institucional
o constitucional
puede
suprimir o enajenar.
¡Pero
cuántos amigos presos!
cuántos
en las cárceles oscuras
donde
la tarde hiede a orina y terror.
Hay
muchas familias sin rumbo esta tarde,
en
los suburbios de hierro y gas,
donde
juega sin perdón la infancia de la clase obrera.
Estoy
aquí. El espejo
no
guardará las marcas de este rostro,
si
sencillamente salgo del lugar,
o
si muero
si
me matan.
Estoy
aquí y no estaré, un día,
en
ninguna parte.
Pues,
¿Qué importa?
La
lucha común me enciende la sangre
y
me golpea el pecho
como
la coz de un recuerdo.
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