30 mar 2020

Fadwa Tuqan: LA PESTE



El día en que se extendió la peste en mi ciudad, 
me eché al campo desnudo, 
abierto el pecho al cielo, 
gritando desde lo hondo de las penas:
¡Arreadnos las nubes! 
¡Soplad, vientos, soplad! 
Y bajadnos las lluvias. 
Que depuren el aire de mi ciudad, 
que laven las montañas, las casas y los árboles. 
¡Soplad, vientos!... ¡Arread los nubarrones!
¡Y que caigan las lluvias! 
¡Y que caigan las lluvias! 
¡Y que caigan las lluvias!

De: La noche y los caballeros (1969)
(Trad. de Mz. Montávez-Sobh, 1969: 113-117)
Obtenido en: http://palestina.webcindario.com



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