Del poemario de Horacio Zeballos Gámez, ALEGRÍAS DE LA PRISIÓN, Ed. Obramundo, 1980, página 2o
Para Yrma y Olinda
mestras y compañeras
Por ese beso prohibido
entre la rosa de tus ideas y mi conciencia
prisionero me encuentro
Aunque no se trata del beso
la intención de amarnos prevalece
Para todas las aguas hay cabida en el mar
corazón heroico donde se dan cita la gloria y el secreto
La tolerancia se torna amarillenta
Hay un segundo para morir
y millones de combates para vencer
Nodriza
nodricita
tienes el pecho desnudo
¡tanto valor me asombra!
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