Las horas no transcurren
cuelgan
inmóviles
de un alambre invisible.
Mi cuerpo se hace piedra
varada por el mar
en una playa hueca
sin siquiera
el consuelo
de un salino cantar
Piedra que mira
quieta
la habitación vacía
el mismo muro blanco
como fecha sin día.
¿Dónde te fuiste tiempo
que antes correteabas
entre mis pies de yeso?
las horas no acumulan
su forraje de hiedra
los minutos no avanzas
hacia el pie de la estatua
reloj de bolsillo.
El sol se hace una mancha
atrapada en el agua.
El tiempo se hace eterno
y deben ser las 4
pajareando mi casa.
17 nov 2016
Juan Gonzalo Rose: RELOJ DE BOLSILLO
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