Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Martes 21 de enero de 2014, p. 5
Unas 25 personas acompañaron a la familia de Juan
Gelman el sábado pasado a San Miguel Nepantla, estado de México, para
cumplir la última voluntad del poeta y esparcir sus cenizas desde un
puente en el riachuelo que colinda con los jardines del Centro Cultural
Sor Juana Inés de la Cruz.
La reunión familiar y de amigos de Gelman fue encabezada por su
viuda, Mara Lamadrid; Paola y Andrea, así como por Macarena Gelman,
nieta del poeta; el cineasta Jorge Denti y el escritor José Ángel Leyva,
narró Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura del
Distrito Federal.
“Mara –explicó Vázquez Martín– decidió esparcir las cenizas desde el
puente de modo que cayeran en el riachuelo que se encuentra en la tierra
natal de Sor Juana”.
Gelman quiso despedirse de esa manera, señaló el funcionario, y que sus cenizas permanecieran en México.
El ritual no fue triste, sino
una fiesta a la vida de Juan, así como él lo hubiera deseado, detalló Vázquez.
Fue algo hermoso, porque quien conoció a Juan sabe de su sentido del humor, de su alegría, de su ironía y la familia no quiso que esto se quedara en los rituales funerarios tradicionales que suelen ser tristes.
Además,
seguramente es lo que Juan hubiera deseado y fue una fiesta con música de jarana. Incluso durante el trayecto en el automóvil escuchamos a Piazzolla, el bandoneón; leímos sus poemas, tomamos vino, comimos pollos asados y nos abrazamos.
Sin duda, lo mejor que tenemos
es la alegría de haber conocido al poeta y tener la presencia tan estimulante, valiente y generosa de un hombre tan libre y fecundo.
Admirador de la Décima Musa
José Angel Leyva, quien acudió a Nepantla, dijo:
Juan Gelman nos había invitado para este sábado 18 a celebrar sus 25 años de vivir con Mara y sus 25 en este país.
“Desde que vino a México, en varias ocasiones Gelman manifestó su voluntad de vivir en este país hasta el final de sus días, en la nación que lo había acogido y abierto las puertas, que se convertía en su nuevo y definitivo hogar.
“Gelman –explicó Leyva– se fue a despedir de Buenos Aires el año pasado cuando presentó su último libro que vio en vida, el cual reúne esa visión depurada ya de una serie de pendientes que había resuelto, como fue la justicia que se aplicó a los torturadores y asesinos de su hijo, la reivindicación de las víctimas, el régimen militar de Uruguay, es decir, todo esto que representaba para él una conciliación con el pasado”.
Para el sábado 18,
Gelman nos había invitado a una fiesta, que de alguna manera se cumplió en Nepantla. Aunque fue triste, fue una celebración por haber conocido a un hombre tan íntegro, cabal y único como Gelman, quien llegó a México para quedarse.
Gelman falleció el martes pasado en la ciudad de México, donde vivió durante 25 años luego de salir de Argentina perseguido por la dictadura militar.
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