La rosa de harina
León Felipe : El ciervo (1954)
Pero el hombre es un niño laborioso y estúpido
que ha hecho del juego una sudorosa jornada.
Ha convertido el palo del tambor en una azada,
y en vez de tocar sobre la tierra una canción de júbilo
se ha puesto a cavarla.
¡Si pudiésemos caminar bajo el aplauso de los astros
y hacer un símbolo poético de cada jornada…!
Quiero decir que nadie sabe cavar al ritmo del Sol
y que nadie ha cortado todavía una espiga con amor y con gracia.
Ese panadero, por ejemplo… ¿por qué ese panadero no le pone
una rosa de pan blanco a ese mendigo hambriento en la solapa?
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