Aquí me tienen solo, sin rendirme,
mis viejas cicatrices me acompañan.
Aquí estoy con mi fe en el pueblo al tope
y una terca consigna de batalla.
Con mi sangre que quema sus hilachas,
con mis luchas que nunca dieron tregua,
quise un mundo de paz sin sobresaltos,
en una patria libre de miserias.
combatí junto al pobre. Por su causa
me llovieron prisiones y destierros,
y al final traje una fe invencible
en el triunfo final de nuestros pueblos.
Cumplí mi parte. Ahora ya mi vida
puede ser derribada de un hachazo...
Echad sobre la tierra que me acoja
un puñado de brasas y de cantos!
julio 1978
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