6 jun 2014

Miguel Hernández: A MI HIJO


Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío,
abiertos ante el cielo como dos golondrinas:
su color coronado de junios, ya es rocío
alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro,
como bajo la tierra, lluvioso, despoblado,
con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro,
como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas,
al fuego arrebatadas de tus ojos solares:
precipitado octubre contra nuestras ventanas,
diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo
y la remota sombra que te lanzó encendido;
te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo,
tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo,
sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.
Sin pasar por el día se marchitó tu pelo;
atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente,
carne naciente al alba y al júbilo precisa;
niño que sólo supo reir, tan largamente,
que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina,
ave estival que esquiva vivir al pie del hielo:
golondrina que a poco de abrir la pluma fina,
naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes,
de llegar al más leve signo de la fiereza.
Vida como una hoja de labios incipientes,
hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...
Vengo de dar a un tierno sol una puñalada,
de enterrar un pedazo de pan en el olvido,
de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado;
los latentes colores de la vida, los huertos,
el centro de las flores a tus pies destinado,
de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.
(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!)
Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía,
la noche continúa cayendo desolada.


Fotografía del libro de Recuerdos de  Josefina Manresa

Josefina Manresa y Miguel Hernández tuvieron dos hijos:
El primogénito. Manuel Ramón, nació en Cox (Alicante), el 19 de diciembre de 1937, y falleció diez meses después el 19 de octubre de 1938. El nombre de Manuel en recuerdo del padre de Josefina y Ramón en recuerdo de Ramón Sijé).

El segundo hijo Manuel Miguel (Manuel por el padre de Josefina y Miguel por su padre), nació en Cox el 4 de enero de 1939, y falleció en Elche el miércoles 23 de mayo de 1984 (tenía 45 años).

Manuel Miguel se casó con Lucía Izquierdo García, natural de Tomelloso, tuvieron dos hijos Miguel y María José. Actualmente viven en Elche. 



Toda la información fue tomada del post:
Hijos de Josefina Manresa y Miguel Hernández
del blog hernandiano: 
Miguel Hernández, multimedia-centenario

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