2 ene 2010

Dennis Brutus: Cartas a Martha



1


Tras la sentencia

mixtos sentimientos:

mórbido alivio,

el lastre de los días por delante

aprensión—

insinuaciones de brutalidad

con honduras de significado íntimo

exultación—

el sentido del reto,

de confrontación,

vago heroísmo

mezclado con pena de mí mismo,

temperada al recordar aquellos

que aguantaron mucho más

y aguantaron...




2


Uno aprende pronto

que clavos y tornillos

y mayores

piezas de metal

deben ser depuestas;

y viéndolas forjadas y filosas

te hielas, atónito

al ver qué cruel puede acabar siendo

—este simple y útil trozo del acero:

y al destellar de pronto estos cuchillos

—surgidos acaso de algún disciplinado esfínter—

uno capta al instante el horror fúlgido-acero

en el aire matutino

y qué blanda y vulnerable la desnuda carne.




3


Te sabes de súbito perdido

En un caos de contingencias:

alrededor de tu cabeza se entelarañan las ideas

y brotan zarcillos de tus tripas en un millar

de direcciones:

¿por qué acuchilló

este hombre al hombre aquel por ese hombre?

¿qué substancia tuvo la emoción

y cómo fue creciendo?

¿era ésta la razón de la inmotivada o caprichosa

brutalidad del carcelero?

¿qué astucia la instigó?

¿deseo de prestigio, ansia de poder?

¿O podría ser —extraño, muy extraño— amor,

amor extraño?

¿Y de qué humana hambre nacería?




4


Sobre todo en solitaria celda,

pero aun en las secciones

se afianza el sentido religioso;

hábito de infancia acaso de nocturnas oraciones,

lo accesible de la Biblia,

o consciencia de una muerte próxima:

y, desde luego, es sabido—

piadosas expresiones favores compran

y es un modo de indicar reforma

(que procura promoción);

y el recurso del débil

es invocar venganza divina

contra la injusticia fiera

pero en el gris silencio de las tardes vacuas

no es infrecuente

descubrirse a uno mismo hablándole a Dios.




5


En el grisor del tiempo aislado

que en la mente ecoante desemboca,

fantasmas surgen y susurros de terrores

que pueblan el dédalo del yo.

Coprofilia; necrofilia; felación;

amputación del pene;

y en esta aljamiada sociedad,

ululando por ser reconocido como el resto de los yos en uno mismo,

el suicidio, la condenación, camina,

si no como sociable espectro,

sí familiarmente familiar,

un doppelgänger

que no puedes sacudirte.





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